viernes, 2 de septiembre de 2016

Batallas.

Y es entonces cuando te das cuenta
de que ya estás cansada de naufragar,
de naufragar en el mar de tu mente
que se une con sus profundas pupilas
a las que tanto te amarraste aquella vez
que ahora te cuesta soltarte.

Pero aún así no desistas,
que el juego todavía no ha terminado,
y aunque tú nunca quisiste una batalla
hay veces en las que son necesarias,
veces en las que pones todo de tu parte
para volver a sonreír como la primera vez,
olvidarte de su retina
y salir corriendo.

Que no,
en las batallas correr no es siempre de cobardes,
a veces hasta es de valientes
porque representa que quieres seguir viviendo
en vez de rendirte
y echar tu alma al suelo.

Así que enfréntate si eres capaz,
pero si no no dudes en salir corriendo,
no dejes que tu corazón deje de palpitar.